jueves, 27 de diciembre de 2012

Estres y excesos en Navidad



El ajetreo y los cambios en la rutina durante la Navidad pueden traer más riesgos de lo imaginado. El estrés es un factor de riesgo cardiovascular, pero no el único. Los excesos con la alimentación y el alcohol también afectan de manera negativa a la salud cardiaca.

En estos días de tantos compromisos, es habitual que las verduras, las frutas y los vegetales sean sustituidos por dulces y alimentos ricos en sal y en grasas, lo que va en detrimento de la salud cardiovascular. Es necesario prevenir los cambios en la nutrición y el incluir alimentos que no se consumen regularmente por ser tener demasiadas calorías, como los embutidos, los dulces o algunos frutos secos.

La clave de estas epocas está en seleccionar los alimentos de una manera proporcionada, tanto en cantidad como en calidad, igual que durante el resto del año. “En la cena hay que aumentar las proteínas con pescado azul, carnes blancas o algún marisco, y en la comida de Año Nuevo se debe tomar algún hidrato de carbono como verduras”, apunta. Además, el médico aconseja “no pasarse con las cantidades para lograr una digestión adecuada”.

Mayores cuidados

“Las personas con diabetes, hipertensión o hipercolesterolemia deben ser especialmente cuidadosas con las transgresiones dietéticas, con el consumo de alcohol y, sobre todo, no deben olvidar su medicación”, destaca.

Igual que el estrés y los excesos alimentarios, los cambios en temperatura también puede perjudicar al corazón. Por ello, los ciudadanos que planifiquen visitar ciudades donde la temperatura baja un poco más que de costumbre deben evitar los cambios bruscos.En este sentido, el doctor García Donaire subraya que el frío puede provocar “vasoconstricción y broncoconstricción”, es decir, una reducción del calibre de los vasos sanguíneos y de los bronquios.

Asimismo, las enfermedades respiratorias “pueden inducir un menor intercambio de oxígeno y, en pacientes con patologías cardiovasculares, empeorar su situación funcional”, advierte. Además de controlar la alimentación, combatir el estrés y protegerse del frío, practicar ejercicio físico es una extraordinaria medida para cuidar el corazón. De este modo, la Fundación Española del Corazón recomienda anteponer los regalos sanos a aquellos que puedan incentivar el sedentarismo.

REGALOS SALUDABLES

Se recomienda  que la inversión que hacemos cada Navidad en regalos sea beneficiosa para la salud. Para lograrlo, aconseja comprarles a los niños juguetes que impliquen movimiento como unos patines, una bicicleta o una videoconsola de las que funcionan con el movimiento corporal.

Para los adultos, además de regalos relacionados con la práctica de deporte, sugiere artículos que tengan que ver con una alimentación sana, como libros de recetas o semillas para sembrar en casa.

“Tener una actitud cardiosaludable es hacer deporte, mantener una dieta equilibrada, no fumar, no abusar del alcohol y hacerse revisiones de forma periódica. Seguir esta forma de vida es, en muchos casos, fuerza de voluntad. Por ello, incluir estos hábitos en los propósitos de Año Nuevo es una buena manera de mantener un corazón sano durante todo el año”

Sin embargo, las enfermedades cardiovasculares son extraordinariamente frecuentes y, según indica la Organización Mundial de la Salud, suponen la principal causa de muerte en todo el mundo.

Esta entidad explica que los ataques al corazón y los accidentes vasculares cerebrales suelen ser fenómenos agudos que se deben, sobre todo, a obstrucciones que impiden que la sangre fluya hacia el corazón o el cerebro.

“La causa más frecuente es la formación de depósitos de grasa en las paredes de los vasos sanguíneos que irrigan el corazón o el cerebro”, describe.

El corazón es precisamente el responsable de buena parte de las visitas a las salas de emergencia durante la Navidad. Aunque pasar la Navidad en un hospital no es el mejor de los planes, menospreciar los síntomas de una enfermedad cardiaca es una opción mucho peor. Algunas personas, quizá por no preocupar a sus seres queridos o por no estropear la celebración, retrasan su visita al médico sin ser de todo conscientes de que están poniendo su vida en peligro.

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